La experiencia sensorial que nos comunica un perfume es la clave para tener prescriptores de la marca.
La experiencia sensorial en un perfume es un acompañamiento esencial para una marca.
La fragancia nos inspira
La fragancia nos inspira, nos evoca, la interpretamos y la evaluamos olfativamente para saber si va con nuestros gustos nuestra personalidad, en definitiva ” si ese perfume habla de nosotros” la descripción de las notas las consideramos subjetivas por el consumidor porque además cada perfume se puede interpretar de formas muy distintas en una piel u otra.
Una forma de conectar con nuestro cliente, antes de que conozca el olor de nuestro perfume, es a través de lo que nos comunica a nivel visual: el tipo de caja, y el diseño del frasco, ayudara a que llame mas o menos la atención.
Los colores, el tipo de letra, el nombre de la fragancia son aspecto que también se tendrán en cuenta.
El consumidor cada vez más valora el compromiso medioambiental, frascos reciclados, tapones sostenibles con soportes innovadores…
Una vez tenemos el frasco de perfume entre las manos a nivel táctil, también recibimos información, identificamos, la textura, el peso, el tipo de material.
Es el momento de sprayar el perfume, efecto sonido, el ruido que hace la bomba al pulverizar la esencia, si el tamaño de gota es agradable en forma de lluvia de fragancia lo que llamamos efecto “turbillonaire” nos aportara una sensación hedónica en el momento de aplicar el perfume en nuestra piel.
Todos estos factores son clave para trasmitir como nos hace sentir el perfume, donde nos traslada, que nos evoca y que nos recuerda….. porque todos buscamos experiencia en un perfume que nos eleve y nos empodere y transmita quienes nos sentimos ser de verdad.
La sensorialidad en perfume forma parte de una comunicación sin palabras, solo con sensaciones.
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