Lo que determina la nota olfativa es la temperatura corporal, el tipo de piel si es seca o grasa, la alimentación, el tipo de sudor.
Con más temperatura la fragancia huele más porque las notas más volátiles se evaporan con más facilidad.
Si la piel es más grasa apaga el perfume y hace que lo olamos menos.
Si nuestra alimentación es especiada y picante influirá en el tipo de nota que irradiamos.
Cuando nos perfumamos lo debemos hacer en zonas en concreto, la zona del pulso es la ideal (muñecas, detras de los óvulos de las orejas, tobillos y detrás de las rodillas) son zonas donde gracias a la temperatura las moléculas olfativas se liberan de forma progresiva.
El concepto de perfumarse utilizando el “layering” forma parte de un ritual, gel de ducha, crema hidratante y finalmente perfume obtendrás creatividad en tu olor y la fijación de la fragancia en tu piel sera más alta.
Deja una respuesta